ambos destacan que será "un verano muy bonito"noticia de marca.com
Navalmoral de la Mata, 10 de noviembre de 1994. Nace Óliver Torres. Elche, apenas 11 días después: nace Saúl Ñíguez.
Diecisiete años después, aquellos bebés hacen soñar a la afición rojiblanca que en esas fechas vibraba con los goles de Caminero y Vizcaíno, ambos en el staff del club en la actualidad, en un brillante 3-0 al Logroñés en el Calderón.
Óliver y Saúl son ahora realidades con mucho futuro. Recién proclamados campeones de Europa, acaban de aterrizar en la concentración del primer equipo en San Rafael.
El Cholo quiere tenerlos cerca. Sabe que son diamantes en bruto. Hay que pulirlos.
Ellos, sin embargo, se toman su destino con naturalidad y desparpajo. “No me esperaba lo que está pasando. La culminación a esta temporada tan increíble ha sido la consecución del campeonato de Europa y ahora venir aquí. Nunca me lo habría imaginado. Yo vengo con la ilusión de un niño. Es como para estar orgulloso”, confiesa Óliver, motor de La Rojita en Estonia.
Ellos, sin embargo, se toman su destino con naturalidad y desparpajo. “No me esperaba lo que está pasando. La culminación a esta temporada tan increíble ha sido la consecución del campeonato de Europa y ahora venir aquí. Nunca me lo habría imaginado. Yo vengo con la ilusión de un niño. Es como para estar orgulloso”, confiesa Óliver, motor de La Rojita en Estonia.
Saúl es todo agradecimiento. “Es un verano muy bonito para los canteranos. Tenemos que agradecer al Cholo que confíe en nosotros y nos dé esta oportunidad”, dice.
Ninguno de los dos ha cumplido todavía la mayoría de edad, pero hablan delante de los micrófonos como auténticos veteranos. No quieren precipitación a pesar de estar viviendo un sueño. “Prefiero ir poco a poco y quemando las etapas tanto del juvenil como del filial. Eso sí, cada vez que me den la oportunidad de entrenarme con el primer equipo trataré de aprender de todos porque me pueden aportar muchas cosas”, asegura Óliver para que Saúl apostille: “Tenemos que trabajar día a día. Primero con el filial y, si tenemos el nivel que el Cholo cree conveniente, que sepa que estamos a su disposición”.
Ninguno de los dos ha cumplido todavía la mayoría de edad, pero hablan delante de los micrófonos como auténticos veteranos. No quieren precipitación a pesar de estar viviendo un sueño. “Prefiero ir poco a poco y quemando las etapas tanto del juvenil como del filial. Eso sí, cada vez que me den la oportunidad de entrenarme con el primer equipo trataré de aprender de todos porque me pueden aportar muchas cosas”, asegura Óliver para que Saúl apostille: “Tenemos que trabajar día a día. Primero con el filial y, si tenemos el nivel que el Cholo cree conveniente, que sepa que estamos a su disposición”.
Ninguno de los dos exige reconocimientos. Son felices por lo que acaban de conseguir y miran hacia delante. Ya han pasado una de las páginas más felices de su corta vida deportiva: “El míster es hombre de pocas palabras y simplemente nos ha felicitado por el Europeo. Si nos ha traído a la concentración es porque ha visto algo en nosotros y ahora está en nuestra mano devolverle esa confianza”.
Pero tanta madurez y saber estar no puede estar exenta de ilusión y confianza . Óliver no duda en verse jugando contra los más grandes: “Me veo capaz de jugar contra el Madrid o el Barça. Soy consciente de que sólo tengo 17 años y tengo que trabajar muy duro para que eso suceda”.
Futuro rojiblanco
Ambos sueñan en rojiblanco. No se plantean salir y confían en dirigir la nave en el futuro. “No aceptaría una cesión para curtirme. He tenido la posibilidad de irme y no lo he hecho porque mi sueño siempre ha sido triunfar en el Atlético. Espero que algún día el Cholo confíe en mí y yo le demostraré que estoy preparado”. Son palabras de Óliver, que ha tenido ofertas de grandes de media Europa para abandonar el club y las ha deshechado por hacer realidad su sueño.
Ambos sueñan en rojiblanco. No se plantean salir y confían en dirigir la nave en el futuro. “No aceptaría una cesión para curtirme. He tenido la posibilidad de irme y no lo he hecho porque mi sueño siempre ha sido triunfar en el Atlético. Espero que algún día el Cholo confíe en mí y yo le demostraré que estoy preparado”. Son palabras de Óliver, que ha tenido ofertas de grandes de media Europa para abandonar el club y las ha deshechado por hacer realidad su sueño.
Un sueño que puede vivir de la mano del propio Saúl: “Ojalá juguemos juntos en el centro del campo del Atlético dentro de unos años. Sería fantástico compartir el pivote. Desde pequeños estamos juntos, somos muy buenos amigos y eso significaría que se están haciendo bien las cosas”.
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